LAS RELIGIONES, COMO LAS LUCIÉRNAGAS, NECESITAN DE OSCURIDAD PARA BRILLAR. Arthur Schopenhauer

miércoles, 7 de abril de 2010

Ovnis en el Arte

Publicado el : 03 Abril 2010
Muchas son a simple vista las evidencias que se pueden observar en el arte antiguo sobre la existencia extraterrestre, pero… ¿éstas son realmente ciertas?, o quizás son interpretaciones sin un mínimo de investigación científica.

Autor : Ivan Montoya
 
Confieso que siempre he dudado de las verdades impuestas como dogmas de fe, y a pesar de se un ferviente defensor de vida extraterrestre, nunca aceptaré imposiciones que sin argumentos intenten imponerse a la de los demás. Por ello, he llegado a comprender que en esta vida existen tres tipos de personas, aquellas que quieren o necesitan creer en todo sin cuestionarse nada, aquellas que niegan todo por principio, y las que ante una duda son capaces de investigar su origen y profundizar en su realidad.

Lamentablemente, la posición ante el significado de los extraños objetos o seres inusuales representados en muchas obras de arte mantiene la misma tendencia bipolar, para unos son incuestionables representaciones de Ovnis y evidencias de vida extraterrestre y para otros no.

En este artículo y tras una profunda aptitud crítica basada en la investigación exhaustiva de los hechos, intentaremos desvelar el significado de aquellos objetos extraños calificados como evidencias extraterrestres, cuando quizás tienen un significado más racional.

Sé, que la verdadera búsqueda de evidencias extraterrestre pasa por desenmascarar la multitud de convicciones falsas que nos encontramos hoy día, pero este es el camino de la verdad. Nos podremos equivocar pero al menos nunca engañaremos a nadie.

Annales Laurissenses

Las curiosas ilustraciones de los dos sajones se les hacen corresponder a un manuscrito del siglo XII, “Annales Laurissenses”, recogidos en la “Patrología”, donde el monje Lorenzo, explica que sobre el 776 d.C., los sajones en su intento de tomar Sigisburg y en el mismo día en que se preparaban para enfrentarse a los cristianos que vivían dentro del castillo, la gloria de Dios apareció en manifestación encima de la iglesia dentro del castillo. Aquellos que lo observaron, dijeron que tenían el aspecto de dos grandes escudos de color rojizo y llameantes que se movían encima de la iglesia.” (“… et dicut videsse instar duorum scutorum colore rubeo flamantes et agitantes super ipsam ecclesiam”). Ésto, según el cronista espantó a los sajones que retrocedieron, describiéndolo como un signo de Dios en favor de los cristianos.
Realmente existen muchas dudas, ya que por una parte sería lógico pensar que podría tratarse del avistamiento del cometa Halley que puedo aparecer por aquellos años, además las fechas coinciden, pudiéndose considerta el 776 d.c. como posible fecha de avistamiento, claro teniendo en cuenta que el cometa orbita alrededor del Sol aproximadamente cada 75-76 años y la primera constancia de avistamiento data del 239 a.c.

Pero si rebuscamos algo más en la historia del manuscrito más antiguo conocido que contiene una copia de la Laurissenses Annales, el Codex Lorsch, que data del siglo 12 y que debe ser al que se refieren cuando se comenta la procedencia de las ilustraciones, podemos conocer que una reimpresión de la copia del manuscrito realizado entre los años 1929-1936 y que se ha subido recientemente a la red, no contienen esas ilustraciones, por lo tanto parece ser que las ilustraciones se le han asignado posteriormente al texto del manuscrito.

Algunos investigadores descubrieron además que existían similares características entre la supuesta ilustración y la imagen de un fresco español del siglo 13, en el que se representa el viaje de los tres Reyes Magos a Belén. Las similitudes son muy visuales, excepto por el color marco que pasa de rojo a azul y por que la estrella de Belén ha sido sustituida por una nave; por lo tanto, nos tememos que estas ilustraciones son una falsificación moderna.


La Madonna de Saint Giovannino (1449-1494)

Esta pintura está localizada en el Palacio Vecchio en Florencia, Italia, y se trata de una obra asignada a la escuela de Filippo Lippi, que dataría del siglo XV, concretamente a Sebastiano Mainardi (1466-1513), aunque también se baraja la posibilidad que correspondiese a Domenico Ghirlandaio.

En ella, y en la escena superior derecha detrás de la Virgen se puede apreciar un supuesto avistamiento OVNI contemplado por un personaje que apoya su mano derecha en la frente para poder apreciar el fenómeno con más claridad y sin ser deslumbrado por el sol, junto a él, su perro, que dirige igualmente la mirada al extraño objeto.
Si no se analiza el objeto o se hace forma aislada sin tener en cuenta el global de la obra, no hay duda que nos encontramos claramente con un objeto volante no identificado, quizás una nave que está siendo vista por un humano y que no para de emitir destellos luminosos. Sin duda un avistamiento en toda regla.

Pero afortunadamente las grandes obras como ésta nos cuentan mucho más que lo visible a simple vista, detrás de ellas siempre se oculta un mensaje o una historia a veces más compleja de lo que podemos imaginar, por ello, éstas tienen que ser analizadas en profundidad y a nivel general, analizando cada detalle de la obra, y el significado de la iconografía o simbología de la época.Entender una obra de arte no es una tarea sencilla, sí, se puede ver un cuadro sin más, pero difícilmente se podrá descifrar el mensaje que nos está transmitiendo, si no reconocemos los valores estéticos y lenguajes no verbales de la misma.

Por ello si se analiza la obra con más detenimiento se pueden observar detalles necesarios para entender el contexto global de la pintura. Por un lado y en la parte superior izquierda se aprecia una amplia estrella y tres trazos inferiores que representan según la iconografía de la época la estrella de Navidad y la triple virginidad respectivamente, mientras que por otro y en el lado derecho se puede apreciar con claridad las figuras del buey y la mula, que sumado a la imágenes de María, el niño Jesús y el querubín que le sostiene, encarnan los símbolos universales para representar el nacimiento de Jesús.

Pero claro, llegado a este punto, dónde es irrebatible la escena que constituye, faltaría otro icono ecuménico representado mayoritariamente en cuadros de esta índole, “La Anunciación a los pastores”.
Es conocido por todos que La Anunciación a los pastores se representa mayoritariamente a través de una nube celestial luminosa y un ángel que divulga a los pastores el nacimiento, recordemos que simbólicamente el ángel es el símbolo de lo invisible, de las fuerzas que ascienden y descienden entre el origen y la manifestación, y la nube se la relaciona con todo aquello cuyo destino sea dar fecundidad, y según el simbolismo cristiano, las nubes por si solas son asimiladas a los profetas y personifican al mensajero, por lo tanto y a pesar de faltar en esta obra el querubín anunciador es lógico pensar que la semejanza de estos datos con el objeto que aparece en cielo del cuadro y que es admirado por una persona, no es nada más que eso, la representación más minimalista de la Anunciación a los pastores.
Por lo tanto, la discusión en este cuadro no es demostrar si se trata de un Ovni, ya que está claro que es la representación minimalista de la Anunciación, sino llegar a comprender por qué el artista la representa así…, tal vez por que no quiera dar importancia a ese hecho y se limita a bosquejarlo si detalles, quizás por que no quiere personificarla en un Arcángel como el resto de pintores y utiliza el recurso más avanzado de la simbología, o por que quiere dar un connotación extraterrestre al origen de Jesús.

Probablemente no sean ninguna de esas, pero es lo único con lo que podemos especular en este cuadro.

El Milagro de la Nieve” – Masolino Da Panicale (1428)

Esta obra “El Milagro de la Nieve” fue realizada en 1428 por Masolino Da Panicale por orden del Papa Martín V Colonna para representar a Jesús y María entorno al supuesto milagro ocurrido en agosto del año 352, cuando una nevada marcó el lugar exacto en el que habría de construirse la iglesia de Santa María.
La tradición cuenta que en una noche de agosto, por un lado el Papa Liborio tuvo un onirismo en el que un grupo de ángeles le ordenaban construir en Roma una nueva iglesia en el lugar exacto donde una milagrosa nevada se manifestaría al día siguiente, y por otro, en los sueños de una anciana pareja de piadosos, Juan Patricio y su mujer, apareció la Virgen María para indicarles lo mismo que había soñado el Papa, qué una iglesia dedicada a María debería levantarse en el lugar que ella marcase con un suave y ligero manto de nieve. Al despuntar el alba una ligera nevada cubrió una zona del Monte Esquilino, lugar dónde por orden del Papa y financiada por Juan Patricio se emplazó la basílica. Actualmente se erige la Basílica de San María la Mayor.

El cuadro, para muchos amantes de la vida extraterrestre está plagado de objetos volantes no identificados en formación de enjambre, pero realmente, y a pesar que no son tan extrañas esas nubes en el arte del siglo XV, ya que aparecen en muchas otras obras, en este caso sólo representan el poder celestial y divino de Dios sobre la madre naturaleza, y como ésta se encuentra a sus ordenes para acoeter sus mandatos, tal y como fue el hipotético milagro de la nieve.

No obstante, ni el simple hecho extraordinario de la precipitación de nieve en Roma en pleno agosto se puede considerar de milagro si realmente tuvo lugar como se cuenta, ya que este fenómeno meteorológico no es imposible, existiendo referencias documentadas a lo largo de la historia de acontecimientos marginales aunque similares a éste.

Por lo tanto, con toda esta información, ahora ¿tú qué quieres ver?.

Ovnis, Sombreros Voladores, o marcas del artista.

En varios tapices del Siglo XIV como pueden ser “La vida de María” o “La Magnífica”, obras que se encuentran actualmente en la basílica francesa de Notre-Dame en Beaune, en Borgoña, el tapiz del 1538 “El Triunfo de Verano” o en el cuadro “San Jerónimo en su escritorio”, se puede apreciar misteriosos objetos en forma de sombreros voladores que se han tomado como representación ufología de objetos volantes no identificados.

¿Pero que hay de cierto?

Realmente no hay nada concluyente, y aunque nos podemos mover en el camino de la ambigüedad al no poder demostrar categóricamente una cosa u otra, creo que el sentido común habla por sí mismo, al menos en algunas obras.

Para algunos investigadores como el ufólogo Figuet Michel, esos objetos representan un símbolo cardenalicio, al encarnar la forma que no el color de los sombreros de este rango, concretamente en los dos primeros tapices representaría al Cardenal de Jean Rolin, primer dueño de las obras. Para otros y bajo el influjo de los sombreros lo relacionaban con algún obispo como Hugues Le Coq, tendencia por la cual muchos artistas incluían está iconografía oculta para mencionar arcanamente a la autoridad eclesiástica que solicitaba la obra.

Sinceramente la duda puede estar en el simbolismo del objeto y en el secreto si lo hubiera de su posición en diferentes niveles de la obra, ya que las evidencias se encaminan a la representatividad de algún icono para aludir personajes de la época, o marca personal del artista bien conocida por el clero de ese período, ya que al tratarse de encargos de la iglesia, éstas era supervisadas por la clerecía y si hubiese existido alguna duda por parte del la iglesia católica en su significado, créanme si les digo que no lo hubiesen aceptado, ya que los artistas de pinturas religiosas medievales tenían poca libertad de elección.

Por el contrario el tapiz El Triunfo de Verano, es algo más complejo ya que aparecen hasta cuatro objetos, y sinceramente todas las hipótesis planteadas a su representatividad requieren un elevado volumen de fe, desde que sean símbolos eclesiásticos, islas en medio del océano, hasta objetos volantes no identificados.
El cuadro de San Jerónimo, parte de un concepto previo que al menos en interesante conocer, ya que universalmente San Jerónimo es simbolizado iconográficamente a través del sombrero cardenalicio, la Vulgata, el leon, y la calavera, constituyendo algunos de estos iconos de cumplimiento obligatorio para el artista, sobre todo para el símbolo cardenalicio, que se debe apostar casi siempre en alguna parte del retrato.

No obstante, en este cuadro aparecen casi todos los atributos de San Jerónimo, concretamente el sombreo cardenalicio se encuentra en el banco que está a sus espaldas, por lo que carecería de sentido volver a representarlo en una de las ventanas del escritorio, aunque como en los casos anteriores podría ocultar la representación del cardenal u obispo que mandó pintarlo.

Por fortuna, hemos podido encontrar una imagen a una resolución suficientemente aceptable para constatar que son aves, como se puede ver en el recorte detalle y por tanto podemos constatar que existen diferencias notables y cuanto menos, curiosas, entre la imagen de la obra que se suele incluir en todas las páginas como referencia ufológica y el original de la Galería de Londres:

Contrastando original e imagen ovni, se puede asegurar como bien verán, que los cielos de las ventanas están manipulados.

En la ventana central del original se puede apreciar otra mancha en el cielo y tres más en el cerco exterior de la ventana, todas ellas similares a las figuras de los pájaros, mientras que en las imágenes manipuladas no aparece absolutamente nada.

Igualmente la imagen de la ventana derecha del original, no coincide con la manipulada, donde supuestamente se aprecia el objeto volante no identificado; y si se aprecia con detalle ambas imágenes se distingue claramente que ambos objetos no son iguales; en la original, el ovni parece convertirse en un pájaro volando libremente por el cielo.

Por lo tanto, existe una clara manipulación, y por consiguiente un engaño deliberado, quedando patente que el ovni de la imagen manipulada y las manchas del original no son más que pájaros, unos volando y otros apostados en el propio cerco de la ventana.

La Crucifixión, siglo XIV

Otra obra considerada como clara evidencia ufológica, es el fresco del en el Monasterio Visoki Decani, en Kosovo, donde los indoctos y profanos en el arte de esta época, y aquellos que intentan buscar evidencias a toda costa, aseguran que la existencia de dos objetos a ambos lados de la cruz en forma de naves tripuladas, son una clara evidencia ovni.
Tristemente, se trata de una de las obras más documentadas y que menor extrañeza debería suscitar, pero la poca profesionalidad de aquellos que vierten la información, hacen que la gente se forme una opinión sesgada y falsa que no se corresponde con la realidad.

Para no dilatar la exposición, indicar en primer lugar que los objetos considerados como extraños no son más que la representación simbólica del SOL y la LUNA, personificados en esta obra como testigos humanos de la crucifixión con la finalidad de dotar al acto de un poder terrenal.

La obra sigue el mismo patrón de modelo iconográfico de la Edad Media, es decir utiliza recursos comunes. La representación del sol y la luna, uno a cada lado de la cruz, son como podrán ver en las ilustraciones una característica regular de crucifixiones medievales, habitualmente representados por dioses paganos de Persia y Grecia, en muchos casos representado al sol como un simple busto de un hombre con un halo radiante, y a la luna como una mujer con la media luna de Diana.
Es decir los dos objetos no identificados son símbolos antropomórficos del Sol y la Luna.

La anunciación de Carlo Criville

Poco se puede hablar de esta obra que se encuentra Nacional Gallery de Londres, quizás el único misterio es entender el porqué quieren manipular pruebas insustanciales como estas para dotarlas de una evidencia ufológica que ni por remoto tienen.

El supuesto objeto de la obra ha sido definido de muchas maneras, basta como acceder a algunas páginas de la red para comprobar que entre otras denominaciones se le ha catalogado como nave, ovni, entidad discoidal de la que parte un rayo de luz hacia la cabeza de María, círculo luminoso, etc., etc.
En primer lugar, y tan sólo hace falta tener un poco de interés en examinar obras de arte, el número de Anunciaciones que se representan con rayos de luz que provienen del cielo, de nubes celestiales o ángeles, es un recurso habitual y generalizado, por lo tanto, la forma de simbolizarlo en esta obra es la forma común en aquella época.

Segundo, si se accede al detalle del objeto, evidencia que ninguna página presenta excepto la de “sprezzatura”, se puede observar que éste no es más que un conjunto circular de nubes y ángeles. Yo tan sólo he contado más diez serafines.

Sí, los Ovnis están ahí fuera, pero este no es el camino…
http://www.planetaincognito.es/

1 comentario:

Anónimo dijo...

El asteroide de 22 metros recientemente descubierto, el 2010 GA6, sobrevolará la órbita lunar este jueves y pasará "muy cerca de la Tierra", según ha informado el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés). Así, en la madrugada del jueves al viernes 9 de abril del 2010, en torno a las 01.06 horas realizará su mayor aproximación a la Tierra, a una distancia de 359.000 kilómetros, lo que supondría nueve décimas partes de la separación que hay entre la Tierra y la Luna.

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