LAS RELIGIONES, COMO LAS LUCIÉRNAGAS, NECESITAN DE OSCURIDAD PARA BRILLAR. Arthur Schopenhauer

sábado, 10 de octubre de 2009

La escala del Universo desborda la imaginación

Lo más sorprendente del Universo es el tamaño de las escalas que se utilizan para medirlo. Nada más salir del ámbito de nuestra vida diaria las cifras que se manejan para medir distancias, edades, temperaturas, tamaños o masas son enormes. Solemos decir que son cifras astronómicas. Vamos a comparar algunas escalas terrestres con las celestes en un intento de humanizar por ejemplo las enormes distancias y tamaños celestes. Comenzando por nuestros vecinos un automóvil tardaría 160 días en recorrer los 384 mil Km. que nos separan de la Luna. Un avión, a 1.000 Km./h tardaría 16 días. Y para recorrer los 149.5 millones de Km. que nos separan del Sol ese mismo avión tardaría 2 años. A esa velocidad tardaríamos unos 47 millones años en llegar hasta la estrella más próxima, después del Sol, la estrella Alfa de la constelación del Centauro que se encuentra a más de 41 billones de Km. o lo que es igual a 4.3 años- luz de distancia… Para entender estas distancias tenemos que reducir las escalas drásticamente. Podemos intentar alguna maqueta. Muchos centros de enseñanza hacen eso en los pasillos y en los patios de sus centros. A veces se hace en jardines o a lo largo de una ciudad. Un paseo por el Sistema Solar y más allá En la ciudad de Murcia, Jardín de la Seda, tuvimos ocasión de realizar una maqueta del Sistema Solar manejando dos escalas distintas: Una para las distancias y otra más grande para los tamaños con el fin de que fueran perceptibles por el ojo. Estos son los datos. Si encogiéramos el Sol al tamaño de una esfera de un metro en lugar de los 1.4 millones de Km. que tiene, Mercurio tendría el tamaño de un perdigón de escopeta y estaría situado a 45 m de la esfera. Venus sería una cereza pequeña situada a 80 m y la Tierra otra cereza a 109 metros. Marte sería un guisante situado a 170 m y el cinturón de asteroides serían motas de polvo flotando a una distancia de 300 ó 400 m. Júpiter ya estaría a más de medio Km. y sería el más gordote: una naranja grande. Saturno sería una naranja mediana situada a un Km. de la esfera del Sol de un metro, mientras que los otros dos gigantes serían un melocotón mediano y otro pequeño para Urano y Neptuno que estarían a 2 Km. y a 3 y cuarto respectivamente. El sufrido Plutón sería otro perdigón de escopeta a más de 4 Km. Y esa sería la escala válida para nuestro entorno más cercano en el Universo: el mundo de los planetas… Guisantes, cerezas, melocotones, girando a cientos o miles de metros unos de otros. ¡Ah! No olviden situarse sobre nuestra cereza junto a otros siete mil millones de personas más para relativizar nuestro tamaño en el Sistema Solar. Por cierto, a esta escala, ¿sería usted capaz de sentir algún efecto, benigno o maligno de aquellas otras frutas que ni siquiera puede ver sin la ayuda de un telescopio? El siguiente paso nos llevaría a Alfa Centauro. Si ya es difícil imaginar los seis mil millones de Km. que hay hasta Plutón ¿qué significado tienen los más de 40 billones de Km. que hay hasta esta estrella? Ahora las escalas son cada vez menos útiles. Si el Sol fuera la pupila de uno de nuestros ojos y la Tierra una mota de polvo en el otro ojo, la estrella más cercana sería un guisante pequeño a 85 Km. de distancia. En Astronomía, para medir estas distancias ya no sirven los Km. o los millones de Km. y se emplea otra unidad de medida, el Año-luz, que se define como la distancia recorrida en un año por un rayo de luz que viaja a 300 mil Km. por segundo, lo que equivale a 9.6 billones de Km. Así La estrella Sirio se encuentra a 8 años-luz, la Estrella Polar a 700, la Epsilon del Cochero a 3.400, la galaxia de Andrómeda a 2.2 millones de años-luz y otras a 100, 1000, 5000 millones de años-luz. Parece que el Universo se termina a una distancia de 13.700 millones de años-luz. Pero ese ya es otro tema.

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